El tránsito a la madurez es complejo y difícil de asumir. Representa una evolución de la infancia a la vida adulta. Cada uno de nosotros la ha llevado de mejor o peor manera, siendo una etapa que marca a una persona.
¿Cómo fue tu infancia? ¿La echas de menos? La nostalgia es un factor a tener en cuenta: cero responsabilidades, tus padres te lo pagan todo, los dibujos animados, las chuches y esos primeros amores. Nada en comparación con las preocupaciones de la vida adulta como pagar el alquiler o echarte crema antiarrugas.
Entonces, ¿qué pasaría si tuvieras la posibilidad de volver atrás en el tiempo y vivir tu juventud de nuevo para siempre? Eternamente joven, dieciséis años toda la vida.
Estas preguntas son la base argumental de la obra de microteatro "Me bajo de la vida adulta", una irreverente comedia actualmente en cartel dentro de la oferta de "Microteatro por dinero".
Esta comedia, escrita y dirigida por Raquel Martín, nos traslada a la vida de dos amigas de la infancia (Ceci y Olivia) que no paran de quejarse de su actual situación vital y que, por casualidades del destino, tienen la posibilidad de retroceder en el tiempo gracias a la empresa para la que trabaja Iván Vigara (no diremos cuál es porque mejor no caer en spoilers siendo una obra que dura quince minutos). El personaje de Iván pondrá el mundo de las chicas del revés al proponerles volver a los dieciséis años para el resto de su vida. Sin marcha atrás.
Esta contrarreloj las obligará a tomar la decisión cuanto antes, intentando valorar los pros y los contras de esta absurda propuesta.
Mezclando el humor costumbrista, los buenos diálogos y la fantasía, "Me bajo de la vida adulta" es una de las obras de microteatro que más he disfrutado. Se pasa como un tiro y la carisma de los actores lleva de la mano al público hasta el final.
El reparto está compuesto por Lucía Piqueras, Iván Vigara e Isabel Bernal. De esta última parece que sus trabajos recientes tienen como punto en común la madurez, como podemos ver en este enlace.
En líneas generales, es una pieza divertida y muy recomendable para nostálgicos. No puedes dejarla pasar.
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