Bienvenidos al MCU
Al parecer, ya es tendencia reiniciar el franquiciado de Los Cuatro Fantásticos cada diez años desde el 2005, con secuela incluida en el 2007 de por medio. Antes de eso, los espectadores alejados de los cómics Marvel ya habían conocido a estos superhéroes en los noventa, con esa versión “cutre con encanto” producida por el gigantesco Roger Corman. Tras esto y las cintas en las que Jessica Alba encarnaba a Sue Storm, nos volvía a llegar un reinicio fallido a todos los niveles hace ya una década, capitaneado por Josh Trank y, todos o casi todos, nos olvidamos de ellos. Pero el baile de derechos y el hambre de Disney ha vuelto a traernos de vuelta a Mr. Fantástico y los suyos, esta vez para incrustarlos dentro del MCU, como no podía ser de otra forma.
Presenta a la Primera Familia de Marvel mientras se enfrentan a su desafío más terrorífico hasta la fecha. Obligados a equilibrar sus roles como héroes con la fortaleza de su vínculo familiar, deben defender la Tierra de un dios espacial voraz llamado Galactus y su enigmático Heraldo, Silver Surfer. Y si el plan de Galactus de devorar todo el planeta y a todos en él no fuera lo suficientemente malo, de repente se vuelve muy personal.
Hay que decir, que pese a formar parte de este gran ya multiverso, la película es una de las pocas de la compañía que pueden verse de forma individual, casi sin conocer otras producciones de la misma, algo que ya parecía imposible a estas alturas…
Con todo, el prólogo nos alecciona sobre los fantásticos en formato programa de televisión vintage, un halo que toda la película ha decidido mantener como marca personal y acercamiento interesante a los cómics originales de los personajes. Da por hecho que la gran mayoría de la audiencia ya conoce el origen del supergrupo, por lo que los introduce en unos pocos minutos, asó como algunas de sus aventuras contra villanos conocidos como El Hombre Topo.
Se desarrolla en una versión de la tierra de un universo diferente al de casi siempre dentro de la saga, una sociedad retrofuturista, que roza el steampunk, y que dota de personalidad visual, y a nivel de puesta en escena sobre todo, a la cinta. Y hasta aquí más o menos llega el éxtasis de esta nueva producción Marvel. Tras este envoltorio de lujo, en especial para coleccionistas de piezas inspiradas directamente en la obra sobre el papel, se encuentra el mismo esquema de filme superheroico que esconde pocas o ninguna sorpresa. Bueno si, puede que la única sorpresa que esconde es lo poco contundente que se muestra el esperadísimo villano Galactus, casi indestructible en el imaginario, pero que termina siendo aquí un pelele. Los acontecimientos van acelerándose y deteniéndose al compas del surgimiento de subtramas que quedan en el aire, siempre amparándose en que la el desarrollo de la acción y los personajes continuarán en películas futuras. Y al final, lo que todo el mundo estaba esperando tras el primer roll de créditos, un regalo para el espectador que deja la puerta abierta de par en par para Avengers: Doomsday.
En resumidas cuentas, película más que aceptable a fin de cuentas que nos presenta a unos personajes, que aunque son archiconocidos para el gran público, no muestran el agotamiento y la fatiga superheroica marvelita típica de la era post-Thanos, pero si resulta un compendio de secuencias que se antojan recicladas en más de una ocasión.
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