The Book of Mormon


Personalmente, el circuito 'blockbuster' musical de Madrid me resulta sumamente atractivo. Siempre brinda garantías de un espectáculo impactante, dejando a la mayoría de los espectadores con la boca abierta debido al poder escénico de estas producciones en los escenarios de la capital española. Sin embargo, en nuestro circuito, se tiende a programar constantemente los mismos contenidos, la mayoría de los cuales son adaptaciones cinematográficas. Por eso, tenía muchas ganas de presenciar The Book of Mormon, ya que representaba algo único en la oferta musical. Se trata de una obra original, fresca y divertida que ofrece algo novedoso para los espectadores habituales.


Después de haberla visto, no puedo más que aplaudir la audacia de seleccionar un producto exitoso en su país de origen, pero que carecía de reconocimiento suficiente para nosotros, y colocarlo en lo más alto de la Gran Vía para que un público masivo pueda disfrutarla.


Trey Parker y Matt Stone se unen al compositor Robert López para crear una obra única e irreverente surgida de los mismos creadores de la polémica y longeva serie South Park. Trabajando codo a codo con el creador de la música de Coco o Frozen, esta colaboración resulta espectacular y está a la altura de los mejores trabajos de todos ellos. La obra es igual de bestia que la serie de Cartman y Kenny, lejos de haber domesticado su estilo para el público general. Por esta razón, es fácil imaginar que más de un espectador podría salirse de la sala o abuchear la propuesta, ya que el diseño de marketing puede llevar a equívocos si no eres de los que investigan previamente lo que van a ver.


La historia narra el fascinante viaje de dos mormones novatos que se aventuran a Uganda con la misión de predicar su religión, bautizar y, en última instancia, crear seguidores en una tierra aparentemente desatendida por la divinidad. En medio de la devastación causada por el sida, guerras y hambruna, estos dos misioneros extravagantes siembran tanto el caos como la fe. Paralelamente, la trama desentraña el origen de la religión y proporciona todas las claves necesarias para que el espectador comprenda plenamente el contexto.


Una premisa que suena complicada y podría parecer la base para un drama intenso, pero que en realidad se convierte en una comedia extremadamente ingeniosa que utiliza la sátira de manera magistral, evangelizando a todos los espectadores. El elenco, tanto en actuación como en habilidades vocales y corporales, merece un diez. La narrativa, con un estilo cinematográfico, se adorna con canciones tremendamente pegajosas que impulsan la trama.

Si tienes la oportunidad de asistir al Teatro Calderón, no te pierdas The Book of Mormon; es un verdadero escándalo. Saldrás riéndote y con la mente dando vueltas a algunos de sus temas de una manera que, aunque parezca ligera, deja una profunda impresión.

Amén.

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