Si os digo la verdad, me empezó a llamar la atención esta película por su guion. Un texto firmado por el cineasta Carlos Vermut, del cual en este blog somos fans declarados. Si bien es cierto que su director, Paco Plaza, venía de obras muy relevantes como Verónica, es una historia que forma parte del imaginario del creador de Magical Girl (y eso se nota a distintos niveles).
La premisa es bien sencilla y muy contundente. Una joven que se está abriendo camino en el mundo de la pasarela, se encuentra con la desagradable noticia de tener que volver a Madrid a cuidar de su abuela, que se encuentra gravemente enferma. No habla, no la reconoce, pero algo extraño hay en su mirada...
Propuesta basada en pocos elementos pero de mucha fuerza y muy prácticos para una producción en tiempos del COVID. Dos actrices maravillosas y desconocidas para el que escribe, que se enfrentan en un duelo interpretativo en un solo escenario: la casa de la abuela.
El terror está servido.
Además de los elementos clásicos del género y del juego con los espacios, lo que más me ha llamado la atención es la crítica sutil al culto a la juventud y la belleza en detrimento de la vejez. Es un tema interesante que desempeña un papel relevante en la película, siendo solo la punta del iceberg. Destaco especialmente la escena en la que Almudena Amor se mira al espejo y se quita una cana, es un ejemplo de la elegancia de Plaza, algo que puede pasar desapercibido para los espectadores, pero que tiene un contenido elegante y poderoso.
Es una película notable, con momentos de tensión muy trabajados, aunque a veces peca de reiterativa. Tiene un pulso contemplativo para según que espectadores. Es clásica, austera, introvertida y terrorífica cuando tiene que serlo.
Sin lugar a dudas, me ha encantado sumergirme nuevamente en la mente de Carlos Vermut y disfrutar de esta nueva pesadilla.
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