Black Beach (2020) de Esteban Crespo



El cine ha intentado defenderse con uñas y dientes de lo que está pasando (no solo) en nuestro país. Generando una oferta variada de estrenos de todo tipo de géneros y para todo tipo de públicos. Ahí tenemos Las niñas de la directora novel Pilar Palomero, Padre no hay más que uno 2 o La boda de Rosa (y todo a falta de estrenarse el nuevo trabajo de Pedro Almodóvar). Películas muy diversas pero que comparten la necesidad de atraer a gente de nuevo a las salas, de querer contarte una historia que te atrape y en definitiva, conectar con los espectadores.

En esta oleada post-confinamiento se estrena Black Beach, la segunda película del nominado a un Óscar Esteban Crespo. Un cineasta con un planteamiento diferente, sobre todo, si tenemos en cuanta los mecanismos de producción de este país. Siendo clave en nuestra cinematografía el realizar obras con el menor coste posible para obtener un mayor rendimiento en taquilla. 

Podemos decir, que aquí Crespo se la ha jugado. Ha sido valiente y ambicioso. Ofreciéndonos una película que parece Hollywood, con todo lo que ello significa: exóticas localizaciones, grandes sets, escenas trepidantes, música grandilocuente y una historia universal que trasciende naciones. Todo eso es Black Beach.



El director de la película ha realizado con anterioridad trabajos en el mundo del cortometraje, siendo su mayor éxito Aquel no era yo. Otro drama que tiene lugar en África, centrado en los niños soldado en la cual dio buena muestra de su poderosa puesta en escena además de su clarividencia para encarar producciones de calibre. Manteniendo un buen pulso narrativo sin dejarse llevar por la acción. Retratando un mundo y unos personajes muy complejos. 

Por lo tanto, con este trabajo ya estaría listo para encarar su primer largometraje, a pesar de lo cual, tuvimos que esperar unos años para ver Amar. Una reformulación de otro de sus cortometrajes llevado al cine con un joven elenco encabezado por Pol Monen y María Pedraza. Un intimista retrato de amor que no tuvo la repercusión que se merecía.

Por eso era tan importante esta cinta para el realizador. Un blockbuster en toda regla que se presentó con rotundo éxito en la última edición del Festival de Málaga. En el que se valoró su talento para la narración por encima de todo.


Carlos, interpretado po
r Raúl Arévalo, tiene que mediar en una negociación sobre el secuestro de un ingeniero de una petrolera norteamericana. Para ello, tiene que volver a un país que fue muy importante en su pasado (y que nos irán desvelando con cuentagotas) para que la empresa para la que trabaja le convierta en socio. 

Y esto es solo el principio: Los complots internacionales, la realidad de un país tercermundista y su propia vida personal le harán abrir los ojos ante una situación cruenta, que le exigirá sacar lo mejor de sí mismo para poder descubrir toda la verdad que subyace de este conflicto. 

Aunque para ello nuestro héroe no estará solo, ya que contará con una poderosa aliada interpretada por Candela Peña, que hará las veces de alivio humorístico. 

En definitiva, estamos ante un thriller de acción, que mantiene el interés en el espectador haciendo que quieras profundizar más en ese universo. Meterte en Black Beach y descubrir que está pasando. Un gran entretenimiento no exento de crítica social en una de los estrenos de esta nueva temporada.


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