De recomendaciones en cuarentena y remakes


Es muy probable, que a estas alturas de la cuarentena (eso eran cuarenta días ¿no?) más lo que queda, estéis empezando a estar hasta vuestras respectivas partes íntimas. No os culpo, yo me meto en ese saco, sino, no entiendo que hago retornando a escribir en este medio. Bromas aparte, nada me ha impedido poder revisar una serie de títulos, que tanto hace años como de forma más reciente, han causado impacto en mí, por lo que, para amenizaros un poco nuestro amado encierro, no puedo si no recomendaros los siguientes.

The Incredible Melting Man. 1977. William Sachs.

Conocida en nuestro país como Viscosidad, un título que nunca entendí, con lo que mola El Increíble Hombre que se Derrite.

Un astronauta vuelve del espacio con unas radiaciones sufridas provocadas por los anillos de Saturno. Una vez en el hospital necesitará irremediablemente carne humana por lo que comenzará una caza humana.

Pudo verse en la edición del 77 del festival de Sitges y más que como una cinta de terror setentera al uso, sirve como catálogo-muestrario de los estupendos maquillajes repulsivos del gran Rick Baker. Esto es lo que más destaca, lo asqueroso de sus efectos, que es lo que la hacen más divertida pese a lo precario del resto de aspectos técnicos.

Bebe de cintas más clásicas como El Experimento del Doctor Quatermass (1955) de Val Guest o The Blob (1958) de Irvin Yeaworth y Russell S. Doughten, pero a su vez consiguió ser una precursora de ese terror goteante que vimos en los ochenta como el mismo remake de The Blob (1988) de Chuck Russell, que tenía más parentesco con la cinta que nos ocupa que con su homónima original, o por ejemplo The Stuff, próximo título que repasaremos.



The Stuff. 1985. Larry Cohen.

Larry Cohen señoras y señores, el responsable de la franquicia Estoy Vivo. También conocida como In-natural estamos ante un pequeño clásico de los ochenta, de esos que te hacen pensar porque mis progenitores no se conocieron antes.

Dos mineros descubren una extraña sustancia que emana de la tierra. La prueban y como tiene buen sabor deciden comercializarla. Su fama se extiende, y la toma mucha gente, pero esta sustancia afecta al cerebro convirtiendo en zombies a sus consumidores.

No es otra cosa que una crítica al consumo feroz sobre la comida basura y sus consecuencias, salvo que en lugar de hacerlo mediante un aburrido drama social de interminables y pedantes planos, lo hace con una divertida y desenfrenada producción con zombis yogurizados. Imperdible.

Aquí también había homenajes a las syfys de los 50’s, como, por ejemplo, Invaders From Mars (1953) de William Cameron Menzies, cinta que tendría otro remake dirigido por el tristemente desaparecido Tobe Hooper.



Rabid. 2019. Soska Sisters

Saltamos considerablemente en el tiempo hacia más remakes. En esta ocasión del clásico de Cronenberg Rabia.

Rose queda desfigurada en un accidente, pero los doctores la someten a un tratamiento médico experimental que parece funcionar a la perfección. Sin embargo, hay un efecto secundario inesperado: la joven desarrolla un apetito insaciable por la sangre humana.

A mi juicio la mejor película de las Soska, dos cineastas que, si se las permite desde producción desarrollar su cine sin tapujos, pueden llegar incluso a este nivel, el de superar a la legendaria original. La “Nueva Nueva Carne”, una actualización más sangrienta que se queda con lo mejor de la película de Cronenberg y sustituye las taras de la época por el toque personal de las directoras, ese horror clínico y visceral a partes iguales y una protagonista inmensa encarnada por Laura Vandervoort. 

El mundo de la moda de fondo es el mejor complemento como sub-trama para la película. Emocionante, tensa y dinámica.


Elizabeth Harvest. 2018. Sebastián Gutiérrez.

Esta además la podéis encontrar en Filmin.

Un hombre violento acostumbrado a matar a sus esposas se enfrenta a una nueva esposa que no está dispuesta a sufrir el mismo destino que sus predecesoras.

Terror clínico y conspiranoico que reinventa el mito de Barba Azul de una forma mucho mas estilizada. Hay, todo el tiempo en pantalla, una batalla de interpretación entre los protagonistas, la ex ángel de Victoria’s Secret Abbey Lee y Ciarán Hinds, en lo que es una película de poco reparto, pero rica en dobles lecturas que dejare a la libre interpretación del lector.

Perfecta para cazadores de atmósferas elegantes y clásicas.





House on Haunted Hill. 1999. William Malone.

Por último, y para no sobrecargar a las masas, terminaré este artículo con otrora remake del clásico de William Castle de 1959 y con el enorme Vincent Price como protagonista.

Un excéntrico millonario, especialista en atracciones de terror, organiza en un antiguo psiquiátrico una fiesta en honor de su mujer, con la que no se lleva especialmente bien. El edificio, situado en una remota colina, arrastra la leyenda de que está encantado debido a los horribles sucesos que ocurrieron años atrás. Cuando llegan los invitados, los anfitriones descubren la primera sorpresa: no son los esperados, sino un grupo de personas totalmente diferente.

Infravalorada cinta con un impactante reparto que no pareció ser muy valorado en su época, véase Geoffrey Rush interpretando a un homenaje viviente de Vincent Price. Peter Gallagher, el eterno seductor. La que posteriormente seria chica X-Men Famke Jansen. Ali Larter a la que veríamos no muchos años después en sagas como Destino Final o Resident Evil o el eterno Jeffrey “Re-Animator” Combs en un seductor rol.

Los primeros cuarenta minutos son de auténtico peliculón, creando tensión y una atmósfera que sabe convivir entre terror puro y humor macarra. Para terminar, tirando por el típico desenlace rebuscado de películas de casas encantadas, pero, aun así, sin perder su esencia y sin renunciar a la sangre. Algo que si hizo su inmediata competidora en la cartelera de aquel entonces The Haunting.

Una joya.


Ignacio López Vacas


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