La cocina versión y dirección de Sergio Peris-Mencheta


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Asistir a una representación de La cocina del CDN es toda una experiencia, como la alta cocina, un placer gourmet que sólo está al alcance de unos pocos (ya que hace varias semanas que colgaron el cartel de entradas agotadas). El título de la obra es tan conciso como narrativo ya que te traslada directamente a las entradas de un restaurante de postguerra en Londres. 
El planteamiento de Peris-Mencheta supone un empleo total de todos los elementos que conforman el teatro como disciplina y que sirven como vehículo para que puedas sentir esta obra como algo más que una representación. Aquí hay algo vivo en escena, algo tan real que te mantiene perplejo durante más de dos horas.


Si bien es cierto que el texto de Arnold Wesker tiene momentos muy intensos, no es el punto fuerte de la obra, a pesar de su capacidad para hacer retratos en pocas pinceladas y mostrarnos como marco un mundo en plena  transformación donde casi podríamos decir que la historia es algo secundario (y está bien que lo sea). 
La propuesta escénica de Peris-Mencheta es tan brutal que en el caso de realizarse más hilos narrativos el espectador no estaría capacitado para seguirlo todo en una sola función. Y es la sinergia de todos los elementos técnicos y artísticos  lo que hace esta obra lo que es. La suma de todo. Como en los buenos platos. 


Casi se podría decir que nos encontramos ante un espectáculo de danza, un Café Müller llevado a los fogones, donde da igual cuál sea tu función en cocinas porque juntos crean una coreografía grácil y hermosa. Unos movimientos de manos, de cuerpos y de masas que desde la butaca se percibe como un baile orgánico y loco, pero que te da una idea de lo que tiene que ser el trabajo de hostelería en la piel de estos exiliados.

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Nosotros nos sentimos unos privilegiados por poder asistir a semejante espectáculo siendo conscientes de la propuesta tan sincera, compleja y valiente que nos propone la compañía. Cada miembro ya se merece todo el respeto por formar parte de un proyecto donde cada pequeño detalle es tan esencial. Sin duda, será uno de nuestros  grandes recuerdos teatrales de la temporada. Buenos ingredientes, temperatura adecuada y talento culinario no podría tener otro resultado que el plato perfecto.

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