La enésima salvación de Marvel
Tendríamos que remontarnos casi, dos años atrás, hasta Guardianes de la Galaxia Vol. 3, para recordar un producto del UCM que realmente valiese la pena y que, tampoco por primera vez desde el final de la Fase 3, fuese catalogado como la salvación o la resurrección del universo. Tras esto, de nuevo producciones mediocres (Capitán América: Brave New World) y series que no estaban a la altura (salvo Daredevil) devolvían a la cruda realidad post-Thanos a la compañía.
Bien, pues lo que DC no pudo o no supo hacer en su momento, el MCU lo ha vuelto a hacer. Y es recuperarse y devolverle la ilusión al fan con una cinta que, sin necesidad de apoyarse en el cada vez más cansino fan service, recupera el espíritu real de antaño ofreciendo lo que el espectador realmente quiere, véase acción, humor blanco y conflictos humanos entre super hombres. Este último punto es interesante y conecta directamente con la elección, en un inicio confusa del director del proyecto. Jake Schreier (Ciudades de papel) gran cineasta que sabe captar la esencia sentimental de los relatos o adaptaciones que han caído en sus manos, se pone aquí tras la cámara para hacer cumplir las reglas del cine de super-héroes y, a su vez, lidiar con los problemas interiores y depresiones de los personajes. Muy en concreto los de su protagonista Yelena, la nueva Viuda Negra y el nuevo pseudo-villano introducido en el MCU, El Vigía.
Schreier crea una nueva organización con la
que podamos deleitarnos, una suerte de anti-héroes, antiguos villanos o, digámoslo
mejor de esta forma, No Héroes, que tal vez uno a uno no despertaban la
simpatía necesaria, pero que unidos, con Bucky a los mandos y con un guion sencillo
pero eficaz, resultan ser contra todo pronóstico la enésima salvación.
Poco o nada tiene que ver con Suicide
Squad, y es que se había hablado mucho que estos Thunderbolts
serían su homólogo en versión Marvel, pero la realidad es otra. Pese a su
muchísimo más escaso nivel de gamberrismo o macarrería, estos nuevos héroes
resultan más humanos e igual de divertidos.
En resumidas cuentas, Marvel es como un gato,
tiene siete vidas o más y aquí lo vuelve a demostrar con un filme que, pese a
usar la misma fórmula de siempre, es lo suficientemente efectivo para llamar
nuestra atención una enésima vez.
Comentarios
Publicar un comentario