Había muchas ganas de ver su película número cincuenta y confirmar que el pequeño tropiezo que supuso "Rifkin Festival" era solo pura estadística dentro de una amplia filmografía. Es cierto que el COVID y sus últimas incursiones en la literatura, además de sus giras musicales, lo tienen bastante ocupado. ¡Pero Woody no nos puede dejar sin más raciones cinematográficas!
"Golpe de suerte" vuelve a tratar los temas característicos del realizador neoyorquino, quizás te suenen de "Delitos y faltas", "Irrational Man" o "Match Point". Lo que la diferencia de estas películas es la ligereza con la que aborda la trama. No busca sentar cátedra en ningún momento y ni siquiera pretende que empatices por completo con ningún personaje. Funciona más como una sátira anti-todo, por lo que si la tomas demasiado en serio o demasiado en broma, "Golpe de suerte" quizás no sea para ti.
El exitoso matrimonio que conforman Jean y Fanny es la envidia de toda la jet parisina: tienen mucho dinero y éxito profesional, son atractivos y disfrutan de vinos caros. Fanny se siente controlada por su dominante esposo y fantasea con cómo hubiera sido su vida si hubiera elegido otro camino; definitivamente, es más que una simple "mujer florero". Sin embargo, su rutinaria vida se ve trastornada cuando, por azares del destino (algo que tanto le gusta a Allen), se encuentra con un antiguo compañero del instituto: Alain, un arquetipo del bohemio escritor que siempre estuvo enamorado de ella, pero que nunca se atrevió a decirle nada en su momento. Tras un breve período de cortejo, Alain y Fanny emprenden una aventura romántica que la hace sentir plena por primera vez en mucho tiempo. El espectador se sumerge en una serie de escenas que recuerdan a la carrera del director de "Annie Hall": relaciones de pareja, engaños y humor hasta que, de repente, ¡la historia da un giro hacia el género negro!
Hacia la mitad de la película, aún no se había desarrollado mucho el pasado de Jean ni su comportamiento con su entorno, salvo con su esposa y sus amigos. Entonces, aparece el lado más oscuro del personaje, cuando decide contratar a un detective privado para vigilar a su esposa. Cuando descubre su infidelidad, no se le ocurre otra cosa que contratar a su sicario de confianza para eliminar a Alain. Su pasado turbio sale a la luz.
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