Unwelcome (2023) de Jon Wright

 


Duendes con malas pulgas

Jon Wright es un realizador que saltó a la fama en 2012 gracias a su largometraje Grabbers, cinta que cosechó multitud de festivales, así como críticas positivas. Tras esto y una larga carrera televisiva, volvió con Robots: La Invasión, un chof en toda regla. Es por eso que esperaba su nuevo título, este que hoy nos ocupa, con entusiasmo, pero a su vez no sin precaución.  

Es además más que interesante que explore el submundo de los duendes, gnomos u otros tipos de seres enanos mitológicos que ya han servido para facturar un buen número de producciones a destacar dentro de este entorno argumental, véase obviamente la franquicia de Leprechaun o Rumpelstinskin. 




Cuando los londinenses Maya y Jamie, una pareja que espera a su primer hijo, heredan una casa en la Irlanda rural, aprovechan la oportunidad para escapar del ajetreo y los peligros de la gran ciudad. Sin embargo, al instalarse en su nuevo hogar les advierten de una presencia maligna que convive desde hace generaciones en el bosque. Al contratar una empresa familiar de reformas para hacer algunas reparaciones, las cosas se tuercen hasta el punto en que Maya deberá arriesgar su propia vida para proteger a su familia.

En el reparto encontramos a Hannah John-Kamen (Antman y la avispa) en un protagónico disfrutable y al eterno secundario, o de reparto, pero siempre cumplidor, Colm Meaney. 

Pese a su premisa de carácter festivo, el tono, al menos inicialmente, se toma bastante en serio a si mismo, y construye una historia que poco a poco se va degustando y masticando alrededor de una capa de suspense inesperada y creativa. Con el paso de los minutos y las primeras apariciones de las criaturas llega la diversión, pero nunca llegando a ser el desfase que parecía o más bien se esperaba con su premisa. 

Su impecable protagonista y los efectos destacan sobremanera, y mantienen un pulso con el ritmo hacia el desenlace. Un ritmo que no parece estar nunca a la altura de las buenas ideas e intenciones de la película. Se disfruta, sí, pero es incesante la idea de que con este material se podía haber ido mucho más allá o que se queda a medio camino entre la diversión y lo aterrador por lo que pese a que no estamos ante una cinta fallida, si que el final deja una sensación confusa. Ese regusto amargo al que no hay que dejar que empañe el conjunto, ya que en vista general Unwelcome significa un pasatiempo pre-veraniego interesante. Y sobre todo una mejora en la carrera cinematográfica de Wright, la cual por supuesto no ha llegado a los niveles de Grabbers desde hace ya más de una década. 


Igna L. Vacas 

Comentarios