La directora Naoko Yamada vuelve a brillar con “Tu color”, una película impregnada de nobleza y buenas intenciones. Aunque no alcanza las cotas de excelencia de “A Silent Voice”, su obra más destacada, tiene suficientes aciertos como para disfrutarla plenamente durante la proyección y salir del cine con una vibra positiva tras los títulos de crédito. Se trata de una cinta que ha pasado por prestigiosos festivales como Annecy y Sitges, y que llegará al público con un número limitado de copias, ideal para saciar el apetito de los seguidores de la animación japonesa.
Totsuko, la protagonista, es una joven que vive en un internado y tiene la particularidad de ver el color de las personas. Para ella, cada individuo emite un tono específico que influye en su percepción de los demás y, por ende, en su forma de relacionarse con ellos, limitando significativamente sus habilidades sociales. Es un ser especial, lleno de luz, pero que no logra encontrar su lugar en el mundo.
Las escenas musicales son impresionantes, aunque resulta poco creíble que, en pocas semanas, los chicos logren componer temas que competirían con los de Thom Yorke y Radiohead. Sin embargo, la magia de estos momentos trasciende cualquier lógica, ya que son pura emoción: la mejor forma en la que estos personajes entrañables e introvertidos logran expresarse.
El apartado técnico es impecable. La película destaca por un diseño visual muy característico, un vestuario representativo de cada personaje y una animación fluida y naturalista. Es necesario resaltar el enorme valor de la animación japonesa, porque, en términos de artesanía y sensibilidad, el país del sol naciente sigue siendo insuperable.
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